EUROPA
PRESS
20 julio
2018
Guía
para proteger la piel en verano
El sol es necesario, aporta bienestar y
ayuda a mejorar el ánimo, pero una exposición prolongada sin protección
adecuada resulta perjudicial tanto para la piel como para los ojos.
Esta son las recomendaciones de la Asociación para el
Autocuidado de la Salud (ANEFP) con unos sencillos pero eficaces pasos para
proteger la piel:
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Evitar la exposición al sol en las horas centrales del día, entre
las 12 y las 4 de la tarde.
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Aplicar siempre un protector solar, utilizando el más adecuado
para el tipo de piel.
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Aplicar el protector solar media hora antes de la exposición al
sol y renovarlo cada dos horas o después de cada baño.
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Utilizar protección labial para evitar quemaduras y sequedad y
mantener los labios hidratados.
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Proteger los ojos con gafas de sol homologadas.
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Hidratar la piel por dentro, bebiendo al menos dos litros de agua
al día, y por fuera, utilizando productos hidratantes y cremas aftersun.
Para elegir el protector más adecuado a tu tipo de piel,
estas son las recomendaciones fundamentales:
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Piel muy clara y se quema con facilidad: FPS de 50 o más.
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Piel que se quema con moderación: FPS de 30 y 50.
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Piel ligeramente oscura y se quema moderadamente: FPS de 15 y 20.
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Piel morena y se quema con gran dificultad: FPS de 10.
¿Y los niños?
La piel de los niños es más sensible. Por ello, es
aconsejable no exponer al sol a los bebés menores de seis meses, ya que no han
desarrollado totalmente la producción de melanina. Para que los más pequeños
estén protegidos, existen cremas solares específicas: para los niños de piel
morena se recomienda un factor de protección solar (FPS) de 25; y para los
niños rubios y de piel más blanca, un FSP superior a 30.